Entre los innumerables atractivos del patrimonio natural de Moaña encontramos la Poza da Moura, una visita obligada que, sin embargo, no suele ser tan conocida. En la ladera del Monte Faro de Domaio, se esconde una pequeña poza que forma el río da Miñouba, uno de los muchos regatos que descienden desde el monte hasta la Ría de Vigo. Su ubicación es realmente privilegiada, puesto que mira hacia la ciudad olívica desde un entorno virgen e idóneo para nuestro disfrute.
Además de su evidente belleza natural, hay que destacar que tanto la poza como sus alrededores, que incluyen molinos de agua tradicionales, están totalmente acondicionados para su visita, por lo que no resulta para nada complicado disfrutar de un día en este paraje inigualable. Además, una ventaja de este lugar es que podemos acercarnos a la poza en cualquier época del año, dependiendo de la experiencia que queramos vivir.
Si sois amantes de la naturaleza en estado puro, debéis saber que la visita a la Poza da Moura combina un entorno de montaña muy amable y una vegetación exuberante que rodea al río da Miñouba con una panorámica de la Ría de Vigo que deja a cualquiera sin respiración. Por lo tanto, no importa la estación en la que os desplacéis hasta este maravilloso paraje, ya que tanto el monte como el mar de Moaña os estarán esperando para adentraros en uno de sus lugares más privilegiados.
Eso sí, los aficionados al baño fluvial estarán de suerte si acuden a la Poza da Moura en época estival, dado que sus aguas cristalinas y apacibles, que son un remanso de paz en el medio del turbulento recorrido de cascadas del río da Miñouba, os invitarán a daros un baño refrescante en los días más calurosos del verano de lasmRías Baixas. Es común acercarse a la Poza, así como a otras pequeñas pozas que se encuentran río arriba, a pegarse un chapuzón en agua dulce sin salir de la Ría de Vigo.
Moaña cuenta con una oferta muy variada de rutas de senderismo para conocer su naturaleza, y la Poza da Moura es el punto de destino de una de ellas. Se trata de la ruta de los ríos Freixa y Miñouba, que parte desde el puerto de Domaio y asciende hacia la Poza da Moura. Desde el puerto de esta parroquia del municipio de Moaña, se puede recorrer el río da Freixa para después dirigirse hacia la Poza da Moura y volver hacia el núcleo de Domaio descendiendo por las inmediaciones del río da Miñouba. Se trata de un recorrido de unos 7 kilómetros de distancia que nos llevará, aproximadamente, 1 hora y 45 minutos de una caminata con una dificultad media-baja. De todos modos, siempre podremos detenernos en la poza para retomar fuerzas y, por supuesto, admirar la belleza del paisaje y el entorno de la zona.
A lo largo del camino, podemos observar una quincena de molinos tradicionales, muchos saltos de agua del río da Freixa (que significa, precisamente, “desnivel brusco del lecho de un río donde se precipita el agua”) e incluso una preciosa panorámica de la Ría de Vigo desde el mirador de la Ensenada de San Simón, todo antes de llegar a la Poza da Moura. Sin duda, es un recorrido de una belleza extrema que combina lo mejor de la montaña y la vegetación gallega con las vistas al mar de las Rías Baixas.
Si os estáis preguntando cómo llegar hasta este lugar mágico cuyo acceso podría parecer complicado, no tenéis que preocuparos.
Deberéis tomar la salida número 3, que indica Domaio. Al final de la salida, deberéis girar a la izquierda, en dirección a San Lourenzo, y pasaréis por encima de la autovía por un pequeño puente. Desde que se acaba este viaducto, deberéis continuar siguiendo la carretera durante unos 300 metros, hasta llegar a un cruce en el que hay dos carteles que indican ya la Poza da Moura. Siguiéndolos, tendréis que girar a la derecha para adentraros en el Camiño das Meáns (que también cuenta con un cartel que lo indica), por donde continuaréis unos 250 metros hasta llegar a otro cruce en el que hay sitio para estacionar el coche.
La salida que deberéis tomar también es la número 3 con la indicación de Domaio. En este caso, llegaréis a un cruce en el que tendréis que girar a la derecha, siguiendo la dirección a San Lourenzo. Desde aquí, las indicaciones son las mismas que se dan en el párrafo anterior: el cruce con el Camiño das Meáns solo está a 200 metros desde este punto y, desde este lugar, a 250 metros ya se encuentra la zona en la que podéis aparcar.
Desde el sitio que mencionamos antes, debéis continuar a pie por un sendero ya sin asfaltar que está indicado por un cartel y que discurre por detrás de la urbanización del club de golf. A lo largo de sus 800 metros de recorrido, podréis ir obteniendo un pequeño bocado del paisaje inigualable de la Poza da Moura, ya que puede observarse la Ría de Vigo durante el trayecto. Si seguís el camino en línea recta hasta el final (¡cuidado, no crucéis por un pequeño viaducto que sobrevuela la autovía!), llegaréis finalmente hasta los molinos de agua que se encuentran justo antes de la Poza da Moura. Una vez allí, ¡solo os queda disfrutar del lugar!
